El superheroe más fálico, aunque no lo creas, debe ser Hulk. Aguanta tantito y sigue leyendo.

El poder de Bruce Banner es algo un poco difícil de controlar, sólo requiere enojarse y aumenta su tamaño y su fuerza, lo mismo se puede decir de las erecciones, solamente hay que reemplazar la palabra enojado con excitado.

Aquí se encuentra la lucha interminable que tenemos todos los hombres en el planeta. Es un miembro que se llena de sangre con tan sólo pensar cosas sucias. Tanto una bendición como una maldición. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Con esto en la mente, aquí te presentamos unos de los secretos más vergonzosos que los hombres no quieren compartir contigo sobre sus erecciones:

1. Son incontrolables

Quizá los maestros de yoga o los actores porno pueden controlar sus erecciones, pero para la mayoría, estos pueden surgir por casi cualquier razón.

¿Estas pensando en una mujer en particular? ¿Vibra tu celular en tu bolsillo? ¿Recordaste una escena en particular de una película? ¿Es martes? Todas son razones válidas para causarte una erección. Aveces simplemente despertar por las mañanas es suficiente, cosa que pudo causarles problemas a muchos al pasar la noche en casa de alguien durante sus tiempos en la secundaria.

Pero conforme crece un hombre, aprende unos trucos para controlar este miembro. Piensan en algún deporte, la muerte de algún ser querido o cualquier cosa por el estilo, lo que sea que no estimule ciertas partes del cerebro. Incluso redirigir la sangre a otras partes con ejercicio sirve.

2. No son confiables

No todos los hombres tienen problemas con las erecciones, pero es un poco como tener un coche de confianza: con una falla que tiene, nunca más vuelves a confiar completamente en él. Es lo mismo con las erecciones, puede haber una falla de la nada sin previo aviso y pueden desaparecer el segundo que algo cambia en el ambiente.

Uno de los mayores culpables aquí es el alcohol. Con tres cervezas andas bien, pero con un shot de whisky o tequila y la noche queda arruinada.

3. Todos son diferentes

Es cierto, los penes son como copos de nieve, no encontrarás dos idénticos. La calidad y el tamaño de una erección puede ser influenciada por un millón de factores distintos.

Esto en parte explica algo que sucede con las mujeres que siempre reciben fotos de los penes de sus parejas. Quizá las últimas 30 fotos parezcan exactamente iguales, pero él sabe que cada erección es distinto y especial, por eso envía tantas fotos con ella.

4. Son inconvenientes

Las erecciones tienen un talento para escoger los momentos. Suelen surgir el día que tu jefe te pide que vayas a su oficina el día que decidiste usar tus pantalones más delgados.

Por suerte, los hombres hemos desarrollado varias técnicas para ocultarlos. Uno de los más conocidos es el famosisímo “ahorcado” que es una técnica de gran riesgo, pero gran recompensa, incluso con unos shorts de gimnasio puede pasar desapercibido, pero sólo no se te ocurra levantar los brazos si tu camisa no es muy larga.

Algo que puedes tener seguro ya sabiendo esto es que seguramente has interactuado con un hombre con una erección sin que tu tuvieras la más mínima idea de que eso estuviera sucediendo dentro de sus pantalones.

5. Pueden ser dolorosos

Cuando te pegas el pie, gran parte del dolor es debido a la sangre que fluye a esa zona, causando que se inflame. La misma lógica aplica para las erecciones. Mientras más tiempo pase esa sangre ahí, mayor es la posibilidad de que sientas dolor ahí.

La viagra advierte sobre erecciones que duren más de cuatro horas, pero una persona normal probablemente te diga que una erección de media sea causa para alarmarse y razón suficiente para ponerle una bolsa con hielos o algo por el estilo.

6. Nos aterroriza la idea de perderlos

¿Recuerdas cuando recien empezaron a anunciar la viagra? A pesar de la burla que le hacen a estos anuncios, siguen existiendo en todos lados. Particularmente salen mucho donde sea que hombres mayores puedan ver la publicidad.

Esto es porque los hombres mayores son los que más se preocupan de perder su erección. Es casi como si algún día Bruce Banner necesitara al Hulk para una emergencia, y sin importar lo enojado que esté, simplemente no se convierte ni un poquito verde.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.