Apenas un día después del cierre de las urnas, las autoridades iraníes anunciaron que el principal moderado de la campaña, un clérigo y exnegociador nuclear llamado Hassan Rouhani, ganó la elección directa para reemplazar Mahmoud Ahmadinejad como Presidente de Irán.

Varios observadores de Irán en Estados Unidos han considerado a Rouhani como el mejor candidato presidencial posible para aliviar las tensiones con Occidente y tal vez incluso aligerar el empeoramiento en la disputa nuclear. Si bien hay algunas razones importantes para el escepticismo, por ejemplo, la política exterior y la cuestión nuclear son controladas por el líder supremo Ali Jamenei, y no por el Presidente, y Rouhani podría aún desafiar las expectativas extranjeras por primera vez en años hay motivo real para optimismo en Irán.

Los antecedentes de Rouhani sobre las cuestiones nucleares demuestran que, si bien es ciertamente un partidario de enriquecer uranio pacíficamente, de la misma manera en la que mucho iraníes lo están, también está predispuesto a poner en peligro la diplomacia, la cooperación y todos los signos prometedores para aligerar las tensiones. Dirigió las negociaciones nucleares de Irán del 2003 al 2005, ganando una reputación diplomática que le valió el apodo de El Jeque diplomático. Durante ese mandato, Irán accedió a suspender su enriquecimiento de uranio y amplió la cooperación con los inspectores nucleares internacionales.

Sirvió bajo el Presidente reformista Mohammad Khatami y es autor de un libro de memorias titulado Seguridad Nacional y la Diplomacia Nuclear, que defiende un programa de enriquecimiento nuclear con fines pacíficos, pero también hace hincapié en la importancia de la cobertura diplomática hacia Occidente. Es en sus memorias donde Rouhani reveló que Teherán recibió pero rechazó una oferta diplomática de EU en el 2004.

Pocos esperan un cambio repentino en el programa nuclear de Irán y su postura hacia el Occidente. Pero, al menos en la última, la clase política del país ha aparentado estar inmersa en un debate sobre si podría ser el momento de participar en amplias discusiones con EU. El actual Canciller le envió recientemente una carta a Jamenei urgiendo exactamente a eso, y se han registrado informes desde octubre en los que se sugiere que Teherán y Washington pueden estar considerando cautelosamente un diálogo directo para resolver sus numerosas disputas. Rouhani, como Presidente, podría ser otra voz prominente discutiendo internamente en favor del diálogo y la cooperación.

Jason Rezaian de The Washington Post realizó un perfil recientemente de Rouhani, en el que escribió que ganó un apoyo especial “entre los iraníes de mentalidad liberal, sobre todo a los jóvenes” por su conexión percibida con “el movimiento de reforma de finales de 1990 y principios del 2000, antes de que el extremismo se afianzara con la elección de Mahmoud Ahmadinejad en el 2005”. Rouhani ha hecho hincapié en los derechos de las mujeres y de las minorías, así como en la libertad de expresión.

El apoyo de Rouhani en las elecciones parece haber llegado en gran parte por su postura sobre las cuestiones económicas y sociales internas, que superaron la política nuclear en la campaña. Sin embargo, los problemas están vinculados, el aislamiento internacional de Irán y la inflación galopante que sufre se deben en gran parte a las sanciones dirigidas por Occidente sobre su programa nuclear. El mismo Rouhani manifestó durante un reciente debate presidencial, de acuerdo con una traducción hecha por un periodista de The Guardian: “Nuestras centrifugadoras pueden ponerse a girar sólo si la economía del pueblo también gira en la dirección correcta”.

Esto no quiere decir que Rouhani esté a punto de desmantelar las centrifugadoras y bloquear a Jamenei, el líder supremo, que es la máxima autoridad en temas militares y de política exterior y quien mantiene una línea dura en ambos. Pero las opiniones de Rouhani no son un secreto, y vale la pena destacar que el órgano judicial encargado de vetar candidatos a la Presidencia vetó a algunos candidatos pero dejó que la campaña de Rouhani continuara.

Irán y Estados Unidos han llegado a acuerdos previamente. Eso incluye uno en el 2003 de Irán a EU, y otro de Obama a Jamenei directamente en el 2009, quien lo rechazó. En ningún momento han estado ambos países dispuestos a corresponderse al mismo tiempo. Pero Rouhani está mejor situado para llegar a ello.

El Economista, 17 Junio 2013.