[sws_blockquote_endquote align=”” cite=”” quotestyle=”style04″]Del 17 de julio al 30 de agosto, el Museo Reina Sofía ofrecerá el ciclo “México Inminente: imaginarios de la insurgencia en el cine contemporáneo”, un programa con piezas representativas del reciente quehacer cinematográfico en nuestro país. [/sws_blockquote_endquote]

Para los entusiastas del cine en Madrid el verano depara el encuentro con una cinematografía inquietante a los ojos de algunos especialistas. Una filmografía que capta la atención en festivales internacionales aun cuando en el ámbito local no meta mucha gente a las salas. Del 17 de julio al 30 de agosto, el Museo Reina Sofía ofrecerá el ciclo “México Inminente: imaginarios de la insurgencia en el cine contemporáneo”, un programa con piezas representativas del reciente quehacer cinematográfico en nuestro país.

En este programa para el verano, el público tendrá contacto con el trabajo de algunos directores nacionales que ahora marcan pauta en México. La propuesta de Mara Fortes y Antonio Zirión, los curadores del ciclo, gira sobre la idea de incertidumbre sobre el futuro que acecha al país. Toman la nociónde inminencia en alusión al estatus incierto, a un aparente estado transitorio por el que atraviesa México ante una realidad amenazante colmada de violencia y colapso, incertidumbre y desasosiego; aun cuando no queden de lado la tradición y la diversidad que dan realce a nuestra cultura.

12 filmes estarán dando cuenta de nuestra realidad nacional; una multiplicidadde narraciones sobre el acontecer de nuestra sociedad, sobre su disgregación, su singularidad, su encrucijada. En España el cine mexicano es poco conocido. Sabemos que el cine de Ripstein ha tenido buena recepción en San Sebastián, pero poco se habla de otros. La internacionalización de Iñárritu y Arriaga es lo que quizás apenas esboza una idea para muchos allá acerca de nuestro cine. Son los menos quienes dicen que algunos de nuestros directores se sitúan en la nómina del cine de arte internacional. Y especialistas españolescomo Javier Gómez Tarin apenas le dan un lugar a Reygadas entre lo que ahí se conoce, pero no más.

Después de Lucía, 2012.

“México Inminente” supone un gesto algo necesario para difundir en tierras europeas el cine hecho por mexicanos. Esta pluralidad de interpretaciones llega como complemento de la percepción que medios (inter)nacionales esparcen acerca de nuestro país. Trascendiendo los bordes de lo comúnmente representable y al amparo de la hibridación de géneros, la experimentación narrativa, la audacia formal y la resolución estilística, estos cineastas ofrecen perspectivas irreverentes que contribuyen a perfilar una imagen del México actual.

Post Tenebras Lux, 2012.

En este programa, que no sabemos si llegará a salas mexicanas, figuran Post Tenebras Lux (2012) con la que Carlos Reygadas examina la pugna existencial del hombre contemporáneo mediante  un entramado de proposiciones donde coinciden lo moderno y lo originario, lo urbano y lo rural, lo global y lo vernáculo. También está Después de Lucía (2012), donde Michel Franco deja ver el bullying como fractura social mediante el hostigamiento a una adolescente. Con Quebranto (2012) de Roberto Fiesco, Madrid conocerá un personaje insólito del tejido urbano de la ciudad de México que luce en toda su expresividad en su rol de disidente sexual, marginal y artista.

Quebranto, 2012. 

Destacan además Cuates de Australia (2011) de Everardo González, que reporta un folclor latente en actitudes y vicisitudes mediante un realismo que resalta lo pintoresco y lo apremiante -y con ello lo admirable- de un rincón de nuestro país. En Los que se quedan (J.C. Rulfo y C. Hagerman, 2008) se toca el tema de la migración mexicana atendiendo la deprimente transformación de las comunidades rurales que dejan atrás quienes se han desplazado. El lenguaje de los machetes (2011) de Kyzza Terrazas es otro caso interesantede nuestro cine, con personajes radicales y cuyo estigma corporal luce como metáfora de la incompatibilidad con su entorno social. Mientras que en Matar extraños (2013) de Nicolás Pereda y Jacob Secher Schulsinger se ejemplifica uno proceder estilístico sin temor a los riesgos, como es el caso de Pereda. El ciclo se complementa con Fecha de caducidad  (Kenya Márquez, 2011), Malaventura (Michel Lipkes, 2012), Un mundo secreto (Gabriel Mariño, 2012), El alcalde (E. Altuna, C. Rossini y D. Osorno, 2013) y Penumbra (Eduardo Villanueva, 2013).

El lenguaje de los machetes, 2011.

En todas estas películas se revisan complejas nociones acerca de nuestra identidad, ciudadanía, país, historia, territorio, cultura, etc. No se sabe hasta qué punto estos filmes sean portadores de insurrección, pero sí que en ellos prevalece un sello de inconformidad, un ánimo antihegemónico. Por un lado, se lanzan contra la fórmula prescrita de hacer cine convencional; por otro,discrepan de la descripción del país delineada en discursos de negociantes, políticos y dueños de los medios. “México Inminente” ofrece un viaje heterogéneo por nuestra nación al compás de distintas subjetividades y visiones. Es posible que entre la incertidumbre a la que aluden y la multiplicidad de narraciones, en un trance como aquel y en medio de ladiversidad de voces, el público de Madrid pueda develar alguna verdadacerca de lo que somos.

La Jornada, 21 Junio 2013.