Una de las grandes metas de los yoguis y de los adeptos al misticismo es la elevación de la energía vital o kundalini, representada como una serpiente de energía en la base de la columna vertebral. La elevación del Kundalini, a través del Shakti es considerada la puerta principal a un estado de conciencia cósmica, para ver a través de los ojos de la divinidad. La experiencia del Kundalini, el desenrollamiento de la serpiente por el nadi central hacia la corona, abriendo el terecr ojo o el chakra ajni, es deseada por todo practicante de yoga y aunque suele ser descrita como un momento explosivo, embriagante, en realidad es el fruto del trabajo ascético (aunque en ocasiones pueda ser una alineación súbita y casi espontánea, un accidente psicodélico).

Existen numerosas prácticas, asanas, mantras, mudras, pranayama, etc… encaminadas a desdoblar este estado de samadhi vital. Una de ellas es la invoación. El mago británico Aleister Crowley, quien estudió yoga en Asia, desarrollo diversas técnicas con estos fines, incluyendo la práctica sexual. Crowley dedicó buena parte de su impuslo creativo a la poesía y dejó testimonio de la invocación de la serpiente.

LIBER CORDIS CINCTI SERPENTE

SUB FIGURÂ אדני

Yo soy el corazón; y la serpiente

está entrelazada sobre el núcleo invisible de la mente.

Sube, Oh mi sepriente! Ya es la hora

de la sagrada, inefable flor encapuchada.

Sube Oh mi serpiente! en el resplandor de la inflorescencia

sobre el cuerpo de Osiris flotando sobre su tumba!

Fuente: (Avant Sex9