La multinacional P&G anuncia que la moda de las barbas ha repercutido de forma muy negativa en sus ventas

El buen gusto no ha sido el único damnificado por la tendencia que ha convertido a las barbas rollo Gandalf en un atributo a la moda. Parece que a las empresas que fabrican maquinillas de afeitar (y potingues varios para que la piel de la cara te quede suave como el culo de un bebé) también les ha ido mal con tanto pelo creciendo sin coto. Desde la multinacional P&G han revelado que la obsesión de los modernos con las pelambreras faciales está repercutiendo en sus resultados, hasta el punto de que sus ventas han caído un 15,5 por ciento.

Ya no se venden los productos Gillette. El hombre contemporáneo sabe que hasta en la tarea de buscar trabajo se puede ver beneficiado si luce una cantidad no desdeñable de pelo facial. Tampoco se venden las maquinillas eléctricas Braun. El hombre contemporáneo no debe recortarse su crin con precisión milimétrica, pues la asimetría natural de la barba le confiere el rollo grunge que tantos beneficios eróticos le regala.

Sin embargo, desde P&G no se muestran pesimistas. No tanto porque asuman, como nosotros, que el anuncio del New York Times supone la decadencia inminente de esta moda hipster, sino debido a que creen que pueden explotar otro sector del mercado reflotando a los metrosexuales. Sí, han oído bien. Confían en que pueden aumentar las ventas intentando que los machos alfa se dejen sus torsos más lisos que una escultura griega.

Sin embargo, si hacemos caso de las últimas tendencias, lo que se va a llevar este 2014 serán los pelos en general: hasta en los sobacos y el chichi. Y esta vez afectará también el mercado femenino. Otro golpe para la industria antipelambrera.

Fuente: PGN