* Laudería: oficio de siglos XVII y XVIII, hoy poco conocido

Por Susana Cerezo.

México, 16 Mar. (Notimex).- Desde hace 20 años Gabriel Castillo es laudero, se dedica a la reparación, mantenimiento y creación de instrumentos de cuerda, en particular guitarras eléctricas.

“Siempre llevaba a arreglar mis instrumentos a la plaza de la Ciudadela y el señor al que le encargaba mi trabajo nunca lo tenía listo y entonces un día me puse ayudarle y de ahí partió todo”, narró.

Con una lija, pintura, barniz y una creatividad envidiable, Gabriel Castillo hace de un trozo de madera un milagro de arte.

“Lo que más me gusta digamos de alguna manera es cuando cepillo y cuando siento por ejemplo la viruta, huele la madera, cada una tiene unas características muy peculiares”, indica.

Según datos históricos, el oficio de la laudería surgió en Italia en los siglos XVII-XVIII, sin embargo, pese a lo antiguo de este trabajo al menos en México buena parte del aprendizaje es de manera empírica, explicó Gabriel.

“Al menos en mi caso aprendí reparando, primero aprendí las primeras técnicas de cómo se amarraba una guitarra para pegarse y después obviamente estando trabajando dentro de un taller pues vas observando y vas imitando”, explicó.

Gracias a la laudería, Gabriel, quién también es músico, no sólo encontró sustento, sino el pretexto perfecto para seguir en contacto con el rock, que además lo ha ligado a reconocidas personalidades del medio artístico.

“Trabajo con artistas y he trabajado con artistas como Cristian Castro, Kalimba, Alejandra Guzmán, Ricardo Arjona; vaya, la lista es grande y en la actualidad soy técnico de escenario del grupo Caifanes, con este grupo ando de gira”.

Rockero por gusto, artesano por decisión, Gabriel Castillo es uno de los lauderos más reconocidos dentro del medio por lo original y artesanal de su trabajo reparando y creando guitarras de todo tipo.

Aunque Gabriel es de los pocos lauderos que hay en la Ciudad de México, en el país existen escuelas dedicadas a la capacitación y profesionalización en este oficio, como la Escuela de Laudería en Querétaro, dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes.