Navegando en diferentes blogs, páginas y redes sociales me he topado con muchos artículos que hacen referencia al sexo por mantenimiento. El término llamó mi atención porque me parecía que iban a tratarse sobre relaciones sexuales casuales, sólo por darle “mantenimiento” al cuerpo y la mente.

Pero no… aparentemente este término está relacionado al sexo que se da en parejas casadas o que llevan muchos años viviendo juntas y que dejan de tener relaciones por placer y las tienen sólo por mantenimiento, la típica de “me tapas cuando termines”.

En muchos sitios se menciona que son las mujeres las que, después de cierto tiempo, dejan de estar interesadas en el sexo y que sólo lo hacen porque saben que él lo necesita, pensando que para ellos el sexo es como la pizza: puede no ser una buena rebanada, pero es mejor esa rebanada que ninguna. Y bajo esta premisa se dan los encuentros sexuales, haciéndolo por hacerlo para que él esté feliz y creyendo que el marido no notará la diferencia si aprendemos a fingir bien.

Y la mayoría de los expertos en la materia opina que no hay peor sexo que este, el de mantenimiento.

Este fenómeno suele darse por la creencia de que los hombres siempre están interesados en sexo, sin importar la calidad o la profundidad de sus encuentros. Por todos lados se nos bombardea con la idea de que el deseo de los hombres es directo, sencillo, sin complicaciones y disponible todo el tiempo, 24/7.

La realidad es que ahora muchos estudios han comprobado que tanto hombres como mujeres tenemos las mismas necesidades de placer y satisfacción sexual, tenemos las mismas ganas y para ser más claras los mismos derechos.

Si bien los hombres tienen diferentes formas de expresar sus deseos es demasiado feminista reducirlos a animalitos que sólo piensan con el pene y que les da exactamente lo mismo en dónde lo ponen o con quién.

Muchas investigaciones han demostrado que tanto hombres como mujeres buscamos vínculos afectivos a través del sexo, que para los hombres también es importante que su pareja lo disfrute y que prefieren estar con una chica apasionada en la cama que con un receptáculo que sólo está por cumplir.

Entre los estudios que encontré se sustentaba la teoría de que el sexo por mantenimiento, bajo la premisa de mejor esto que nada, hace más daño a una relación la falta de sexo. En todos señalaban que para los hombres es placentero y reconfortante saber que su pareja QUIERE tener sexo con ellos, que lo quiere tanto como ellos.

En pleno siglo XXI en el que peleamos todos los días por la equidad de género creo que es momento de dejar de ver a los hombres como animalitos sin control (seguro habrá sus excepciones, pero la comparación sirve para ejemplificar gráficamente) y darles a ellos el mismo poder que nosotras hemos obtenido a decir que no.

Las mujeres hemos aprendido a buscar nuestra satisfacción sexual, a intentar nuevas cosas, a no conformarnos con relaciones sexuales mediocres, ¿por qué seguimos dándoles a los hombres sexo de “mantenimiento”? ¿No les parece que es poco equitativo?
Insisto, seguramente habrá excepciones, pero los hombres hombres, los verdaderos hombres, buscan placer junto a su pareja, buscan relaciones sexuales satisfactorias de la misma manera que nosotras tenemos derecho a ellas. Y aquí es cuando el sexo por mantenimiento daña más a la pareja… cuando asumimos que él va a estar contento sólo porque le prestamos nuestro cuerpo un rato y él tuvo un orgasmo.

Como siempre que hablamos de estos temas, todo es subjetivo y cada pareja tendrá historias y motivos diferentes, pero chicas, vale la pena reflexionar si nosotras estamos repitiendo los mismos patrones en los que encasillamos a los hombres en el cliché del sexo fácil y rápido, cómo y con quien sea, todo por un orgasmo.

Fuente: (Actitud Fem)