Aunque utilizar zapatos con tacones muy altos es una moda permanente, se ha comprobado que el uso continuo de este tipo de calzado puede afectar la salud y, en casos extremos, sus daños solo podrían revertirse con cirugía.

El estudio que lo afirma fue publicado en la revista Journal of Applied Physiology y fue realizado en la Universidad de Jyvaskyla, en Finlandia, en donde concluyen que el uso continuo de tacones modifica la postura natural al caminar, lo que provoca dolores y conduce a otras complicaciones.

David Jenkins, médico ortopedista del Hospital Calderón Guardia, concuerda con el estudio y asegura que los dos principales problemas asociados con el uso de tacones son los juanetes y las contracturas musculares.

El primer mal puede presentarse por el uso de calzado estrecho y de tacón alto, pues aumenta las posibilidades de que los dedos pulgares de los pies se desvíen hacia adentro y generen una protuberancia en los bordes externos.

El ángulo de inclinación del pie que producen los tacones, hace que se formen callos y abultamientos cuando toca sostener el peso del cuerpo.

Si los zapatos son muy estrechos, los huesos de los dedos se desviarán por la presión a la que se exponen.

El médico explicó que algunos músculos de la pierna, como el tendón de Aquiles, pueden verse afectados ante la falta de extensión por el soporte adicional. En el largo plazo, su reducción podría tornarse semipermanente, lo cual genera fuertes dolores al utilizar calzado plano.

Según el especialista, entre más alto es el tacón, mayores son los problemas que puede causar, por lo cual se recomienda no usar tacones de más de siete centímetros de altura ni zapatos de punta o muy estrechos.