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Ya son dos veces que cirujanos en Australia consiguen revivir un corazón muerto (osea que ha dejado de latir) y lo pudieron trasplantar a una nueva persona. Es un gran avance que podría salvar 30% más vidas comparado con trasplantes de corazón ordinarios.

En el Hospital de St. Vincent en Sydney, cirujanos han reactivado un corazón que no había latido por casi media hora. Lo hicieron pasar por una máquina que llaman “corazón en una caja”, el cual calienta el corazón y hace fluidos pasar por él que le da nutrientes al músculo para reducir el daño de tejidos. La caja conectada a un circuito que ayuda al corazón volver a latir. Los pacientes que recibieron corazones están en buen estado, según los cirujanos.

Normalmente un trasplantes de corazón toma lugar justo en la raya entre la vida y la muerte. Después de que declaran a un paciente con muerte cerebral, el corazón aún latiendo del paciente es removida y guardado en hielo, donde esencialmente hiberna. Los corazones se pueden mantener fríos por cuatro horas antes de ser trasplantados. En este caso, sin embargo, los corazones fueron donados después de la muerte circulatoria del donador. Esto significa que dejaron de latir por completo.

Otros órganos han sido donados con frecuencia después de sus muertes circulatorios. Hígados, riñones y pulmones pueden ser conservados y calentados de manera similar como el corazón en una caja. Pero esta es la primera vez que alguien haya preservado un corazón de esta manera. Los científicos en el Hospital St. Vincent y el Instituto de Investigación Cardiaca Chang desarrollaron un nuevo preservativo de corazón para hacerlo posible.

La primera paciente era Michelle Gribilar, de 57 años, quien padecía de un fallo congénito del corazón hasta su cirugía hace dos meses. El segundo paciente, Jan Damen, de 43 años, tuvo su cirugía hace dos semanas y aún se esta recuperando en el hospital.

Los investigadores no están seguros aún de cuánto tiempo después de la muerte circulatoria puede sobrevivir el corazón. Hasta ahora, su límite ha sido de 30 minutos después del fallecimiento. Aún con este límite, esto significa que muchos corazones que normalmente no serían candidatos para pacientes que necesitan trasplantes pueden ser usados ahora.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.