Este poderoso poema de Sabrina Benaim llamado “Explicándole mi depresión a mamá: Una conversación” cuenta con las palabras exactas lo que es vivir con depresión. En él, resalta varias ideas falsas que se tienen sobre esta enfermedad:

 

Mamá: mi depresión cambia de forma.
Un día es tan pequeña como una luciérnaga en la palma de un oso. Al otro día, se convierte en oso.
En esos días me hago la muerta hasta que el oso me deja en paz.
A estos malos días, los llamo “los días oscuros”.

 

Mamá dice: “¿Por qué no prendes velas?”
Cuando veo una vela, pienso en una iglesia.
El destello de la llama me trae recuerdos antiguos: estoy de pie frente a un ataúd abierto.
En este momento me doy cuenta que todas las personas que he conocido, morirán algún día.
Además madre, no es que me dé miedo la oscuridad; la oscuridad es parte del problema.

 

Mamá dice: “Creí que el problema era que no podías salir de la cama”
Así es. La ansiedad me toma de rehén en mi casa, en mi cabeza.

 

Mamá pregunta: “¿De dónde viene esta ansiedad?”
Ansiedad es la prima que viene a visitar y depresión se siente obligada a llevarla a la fiesta.
Mamá: yo soy la fiesta. Una fiesta en la que no quiero estar.
 

 

Mamá dice “Y ¿Por qué no vas a fiestas reales y ves a tus amigos?”
Sí mamá, hago planes, pero no quiero ir.
Hago planes porque debería querer ir.
A veces me hubiera gustado ir… pero no es divertido intentar divertirse cuando no te quieres divertir, mamá.

 

¿Sabes una cosa mamá?
Cada noche el insomnio me levanta con sus brazos y me lleva a la cocina.
El insomnio tiene una manera muy romántica de hacer que la luna parezca una buena compañía.

 

Mamá dice: “Intenta contar ovejas”.
Pero mi mente sólo encuentra razones para mantenerme despierta. Por eso salgo a caminar pero mis rodillas inseguras tiemblan como cucharas de metal mientras las sostengo en mis débiles muñecas, suenan en mis oídos como campanas de iglesia que me recuerdan que estoy caminando sonámbula en un océano de felicidad en el cual no me puedo bautizar.

 

Mamá dice: “Ser feliz es una decisión”
Pero mi felicidad es tan frágil como un huevo roto, mi felicidad es una fiebre que pronto me matará.
Mamá dice que soy excelente en inventar cosas que no existen e inmediatamente después me pregunta si tengo miedo de morir.
No, mamá, tengo miedo de vivir.

 

Mamá me siento sola; creo que fue cuando papá se fue cuando aprendí a cambiar el enojo en soledad y la soledad en ocupación.
Por eso cuando te digo que he estado muy ocupada últimamente significa que me he quedado a dormir en el sillón mientras veo la televisión para evitar confrontar el espacio vacío de mi cama.
Pero mi depresión siempre me regresa de vuelta a mi cama hasta que mis huesos sean los fósiles olvidados de una ciudad llena de esqueletos, mi boca un cementerio de dientes rotos de tanto morderse entre ellos.
El auditorio hueco de mi pecho se desvanece con los ecos de un latido de un corazón y yo solamente soy una turista descuidado aquí: nunca sabré realmente dónde he estado.

 

Mamá aún no entiende.
Mamá: ¿no puedes ver que yo tampoco entiendo?

 

 

La mayoría de las personas piensan que la depresión es ocasionada por un evento traumático; la pérdida de alguien querido o de tu trabajo. La realidad es que la depresión suele aparecer de la nada.

 

Los que no sufren de depresión piensan que se trata solamente de una infinita tristeza. La depresión es un conjunto complejo de sentimientos y cambios físicos. Las personas que sufren de depresión tienen tristeza, sí, pero también pueden estar ansiosos, preocupados, apáticos, estresados, entre otras cosas.

 

La depresión es una condición médica que afecta la química del cerebro. Tiene que ver con factores ambientales o biológicos en primer lugar. La mamá de Sabrina piensa que si su hija hace cosas que la hagan sentir feliz, entonces se sentirá feliz. Pero ese no es el caso, la depresión es una enfermedad biológica que se filtra en tus emociones.

 

Si tienes amigos que tengan síntomas de depresión o tú vives con depresión, ahora entiendes que esta enfermedad no es fácil de descifrar y mucho menos de superarla.