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Cada persona tiene sus propios hábitos y formas de vida, compartirlos puede resultar la cosa más maravillosa o terminar en un desastre. Cuando vivimos con nuestra familia es un tanto diferente, pues crecimos dentro de ese núcleo, somos parte de él; conocemos a la perfección sus costumbres, gustos y modos, sabemos cuando alguien no dejó el control del televisor en su lugar o notamos si desacomodaron algún objeto de nuestra recámara. Aprendemos a vivir con ello de alguna manera.

Pero todo cambia cuando estamos en busca de independencia, hartos de algunas prácticas o ansiosos por llevar a cabo otras, sin que nadie reproche y con la certeza de que todo permanecerá como lo has dejado. Sin embargo, llega el momento de compartir parte de esta libertad y espacio, ya sea por razones económicas, de amistad o hasta de amor.

La llegada de un compañero de hogar es toda una travesía. Te sugerimos tomes en cuenta los siguientes aspectos que te ayudarán a acoplarte y a disfrutar de una mejor forma esta etapa:

 

  • Dejar en claro los gastos y artículos que compartirán
  • Hacer una lista de los objetos de uso común como electrodomésticos, artículos para el hogar como: vajilla, ventiladores o despachadores de agua, entre otros
  • Encontrar los puntos afines entre la persona y tú
  • Charlar sobre esta nueva aventura que están por iniciar, conocer más sobre sus costumbres y hábitos, más allá de la simple convivencia
  • Realizar acuerdos mutuos que resulten satisfactorios para ambas partes, así evitarán futuras confusiones o molestias
  • Paciencia y respeto