La investigadora Azucena Cárdenas Villalvazo dijo que estar sometido a estrés a edad temprana, puede generar diversas alteraciones en el individuo en su edad adulta, tanto en los sistemas nervioso central como en el endocrino, entre otras complicaciones de salud.

La académica del Centro Universitario del Sur (CUSur) de la UdeG señaló que lo anterior se desprende de su investigación “Efectos del estrés durante el desarrollo sobre la conducta alimentaria y la adiposidad en la edad adulta”.

“Hay una tendencia en la información que hemos revisado, que indica que cuando un niño sufre estrés por las condiciones en las que vive, es muy probable que se altere su sistema nervioso central y el sistema endocrino”, afirmó.

Así como algunos de los sistemas que regulan las respuestas ante ese padecimiento cuando son adultos, por lo que desarrolla ansiedad, añadió.

Explicó que en este estudio, realizado con animales de laboratorio, esperaban que éstos consumieran más alimentos y, por ende, tuvieran mayor peso, pero observaron que disminuye el consumo de alimento durante los periodos de estrés, y esto mismo ocurre en su edad adulta.

“Lo que sí encontramos es que tienen una mayor cantidad de grasa visceral y subcutánea, que es tendencia a la adiposidad; aunque en el peso en total no se vio alterado, no parecen obesas, pero por dentro tienen más grasa y menos músculo, lo que trae como consecuencia, entre otras cosas, riesgos cardiovasculares a la salud”, comentó.

Manifestó que estos estudios realizados con animales de laboratorio sirven como base, para determinar lo que podría suceder en el comportamiento humano.

Resaltó que respecto a las personas existen medidas que deberían tomarse y que van desde las políticas sociales y económicas, que inciden en la calidad de vida de los seres humanos, sobre todo en las grandes ciudades, por el hacinamiento.

Tales son los casos de la gente de escasos recursos y de quienes tienen un estatus mayor y viven asilados, puntualizó.

“En los dos casos hay que hacer algo sobre cómo mejorar las condiciones de vida infantil, tanto las dirigidas a grupos de riesgo alimentario como a los que están en mejores condiciones económicas, pero que no tienen opciones o apoyo para tener a sus hijos en un ambiente saludable”, refirió.

Subrayó que los problemas de salud se incrementan por la presencia de esa alteración física o psíquica, “y esto se relaciona con la forma en que vivimos: ese estilo de vida que combina presiones sociales y presiones físicas”.

“Si seguimos siendo sedentarios, y se combina con el estrés, que genera grasa y su acumulación, tendrá repercusiones en la obesidad y sus consecuencias”, expuso.

Guadalajara, 11 Jul. (Notimex)