El sonambulismo es una parasomnia caracterizada por una alteración en la conducta durante el ciclo superficial del sueño. Ésta puede ser expresada a través de conductas automáticas que pueden ser tan breves como sentarse y hablar o dar unos pasos, hasta casos extremos como salir del domicilio e incluso conducir un vehículo.

Por mucho tiempo se le veía como algo chistoso y no se le daba mayor importancia, sin embargo recientemente se han establecido aspectos muy interesantes sobre el sonambulismo, por ejemplo, que hasta en un 40 por ciento tiene una asociación con la epilepsia.

Además, dentro del sinfín de formas de epilepsia, existen las llamadas nocturnas, en las cuales están las frontales y las temporales caracterizadas no tanto por convulsiones, sino por trastornos conductuales como los que se expresan en el sonambulismo.

En la mayoría de los casos de sonambulismo, las personas suelen levantarse entre dos y tres de la mañana, variable muy importante porque en el ciclo de sueño hay dos fases que se conocen como REM y No REM, REM significa movimientos oculares rápidos que es el periodo cuando soñamos.

En el No REM no hay movimientos oculares, es donde es más difícil que la persona despierte y es en este periodo de las dos a tres primeras horas de sueño cuando se presenta el sonambulismo.

Cuando se establece el diagnóstico de sonambulismo, el tratamiento es farmacológico y se administra como mínimo durante seis meses y tanto al administrarlo como al retirarlo, se hace de manera progresiva, nunca de un día para otro, para evitar que se produzca dependencia.

El sonambulismo suele ser más común en la infancia y también en la adolescencia, en el primer caso debido al proceso de conocimiento y capacidad de asombro propio de los niños, mientras que en los adolescentes, puede deberse a la ‘explosión hormonal’ característica de esta etapa.

Luego suele haber otro pico de aparición en individuos entre los 40 y los 50 años, pero lo común es que, si hubo sonambulismo durante la niñez, es prácticamente un hecho que éste reaparezca.

Al margen del tratamiento, las personas con este tipo de parasomnia, idóneamente deben evitar el consumo de café, té, refrescos oscuros, así como bebidas alcohólicas y tabaquismo.