A tres años de su muerte, que se cumplen este lunes, el pintor, escultor, ensayista y docente Anhelo Hernández es considerado uno de los grandes maestros de la plástica uruguaya, cuya obra ha estado marcada por una comprometida militancia social y política.

Anhelo Hernández vio la luz por primera vez el 21 de noviembre de 1922, en Montevideo, Uruguay, en el seno de una familia encabezada por José Hernández, quien se desempeñó como maestro y administrador.

De acuerdo con la biografía del artista uruguayo, publicada en el portal en Internet “cartelera.com.uy”, sus primeros estudios los cursó en el Colegio y Liceo “Elbio Fernández” y los preparatorios de Arquitectura en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (IAVA), de Montevideo.

Durante un corto periodo, en 1935, asistió al Círculo de Bellas Artes y tiempo después estudió escultura y dibujo con el escultor Alberto Savio, quien le inculcó la exigencia en sus obras.

En los siguientes años, el joven talento aprendió técnicas litográficas en la primera Escuela de Bellas Artes, donde fue instruido por el artista Adolfo Pastor (1939-2007), además ingresó al Taller Torres García, en el que permaneció hasta la muerte del maestro en 1949.

En 1944 se estableció en Tacuarembó y comenzó a desempeñarse como profesor de dibujo en el Liceo Departamental, cargo que mantuvo hasta 1953 y el cual le permitió entablar amistad con alter Ortiz y Ayala, Washington Benavides y Gustavo Alamón, entre otros.

Luego de afiliarse al Partido Comunista del Uruguay (PCU) participó en varias manifestaciones junto con alumnos y vecinos, y un año más tarde se casó con Marta Valentini.

En 1946, por primera vez fue parte de una exposición colectiva que se montó en el Subsuelo del Ateneo de Montevideo y en 1947 organizó su primera muestra individual.

En este tiempo su obra atendió a la realidad de la naturaleza y de la pintura, emprendió un viaje por Europa y colaboró en la ilustración de libros y en todos los números de la revista escolar “El Grillo”.

Durante los años 50 se desempeñó como profesor de dibujo en la Escuela Industrial de San Ramón, trabajó en el periódico “Justicia” y “El Popular”, publicaciones estrechamente vinculadas al PCU, mientras que como artista viajó a la República Popular China para exponer su obra en la Academia de Bellas Artes de Pekín.

De regreso al Uruguay montó, junto con el escultor Ramón Bauzá, una exposición en Galería Ladowski, Montevideo, la cual fue severamente juzgada por la crítica. Tiempo después en el XXVII Salón Nacional de Artes Plásticas obtuvo el Premio Adquisición de la Cámara de Senadores por el óleo “Feria”.

Posteriormente Anhelo Hernández se trasladó a Berlín, Alemania, como becado por la Unión de Pintores de la República Democrática Alemana, en este país desarrollo la técnica del aguafuerte que le enseñó el artista alemán Arno Mohr (1910-2001).

En 1970 viajó a la URSS, donde consiguió la autorización para acceder a salas inhabilitadas al público del Museo Pushkin y un año después regresó a su país natal, donde continuó exponiendo, realizó una crónica con bocetos y dibujos, del asesinato por parte de militares de ocho personas en la Seccional 20 del Partido Comunista, en la calle Agraciada y Valentín Gómez.

En 1976, el artista plástico se trasladó a México, donde radicó con su familia y se dedicó a realizar trabajos de informática, proyectos para el gobierno mexicano, traducciones del francés y el italiano y montar diversas exposiciones en la capital del país y en el interior.

En México además fue profesor de posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cargo que desempeñó hasta su retorno definitivo al Uruguay en 1993.

En los siguientes años, Anhelo Hernández continuó dedicándose a la su gran pasión: el arte, y el 11 de marzo de 2010 falleció a los 87 años de edad, en su natal Montevideo.

México, 10 Mar (Notimex)