Eructar puede ser vergonzoso, pero rara vez es señal de algo grave. En la mayoría de los casos no es nada, pero el gas intestinal puede estar asociado con algunas intolerancias de comida. En otras palabras, si estás expulsando mucho gas del otro extremo, podría ser causado por una intolerancia a la lactosa, fructosa o condiciones que interfieren con la absorción de carbohidratos, como la enfermedad celíaca.

Claro, el hecho de que eructar no sea dañino probablemente no te sirva mucho de consuelo si alguna vez se te ha escapado un eructo durante una junta importante o en una primera cita. Aún así, tus eructos pueden brindar pistas sobre tu salud y tus hábitos alimenticios. Esto es lo que quieres saber:

1. Comes demasiado rápido

Si sueles apresurarte durante un almuerzo, te encontrarás eructando más de lo normal. La causa más común de los eructos es tragar aire. Eructas cuando el esfínter esofagal superior se relaja y deja salir todo el aire.

2. Tienes complicaciones con el sinus

Cuando se te tapa la nariz, sueles respirar por la boca. Sueles tragar aire con mucha más frecuencia cuando tienes problemas respirando por la nariz. Si es época de alergias o tienes una gripa fea, ten la precaución de comer lentamente.

3. Bájale al refresco

Las bebidas carbonatadas básicamente transportan aire directo a tu estómago y los eructos que provienen de la panza, en lugar de el esófago, suelen ser más ruidosos y olorosos. Las bebidas carbonatadas normalmente causan que gas suba de la solución en el estómago. Los eructos que provienen del estómago normalmente huelen feo, ya que la comida ha sido parcialmente digerida.

4. Puede que tengas reflujo

Si los eructos están acompañados por náusea o acidez, o se siente que vomitas un poco en tu boca cuando eructas, puede que tengas reflujo. Aveces la gente siente comida o fluido subir a su pecho o incluso a su garganta. Si estos síntomas aplican para ti, aquí hay unas sugerencias para reducir tu reflujo:

  • Evita acostarte por tres horas después de comer
  • Duerme con el estómago vacío
  • Come almuerzos más pequeños
  • Evita cítricos, cafeína y comida ácida o picante

Publicado por Othón Vélez O’Brien.